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Comencemos...

¡Buenas noches a todos!

Esta entrada prentede ser una introducción, quizás un poco larga -espero que no se os haga pesada-, a la sección que voy a desarrollar. Como ya se explicó en la entrada ¡Bienvenidos! mis entradas versaran sobre los bienes de consumo en la ciudad, y os preguntareis, ¿por qué en la ciudad? La ciudad era el centro sobre el que pivotaba toda la civilización romana, que era inminentemente urbana. Durante el Alto Imperio cumple un papel esencial en la organización económica y en la explotación del territorio adscrito a su jurisdicción, encontrándonos con que, es al mismo tiempo productora y consumidora, cumpliendo la función tanto de centro de comercialización como de distribución de productos agrarios y artesanales (Roldán Hervás, 2001: 490).

Pero no solo eso, durante la romanización, la ciudad favoreció el cambio de las estructuras políticas y sociales tradicionales hacia formas de vida romanas (Roldán Hervás, 2001: 323). Estos cambios en las formas de vida introducidos por los colonizadores e imitados por los indígenas fueron el elemento que modificó en mayor grado el sector artesanal, sobre todo, en los primero siglos del Imperio (Roldán Hervás, 2001: 490). Las transformaciones que se producen tienen una proyección desigual y dependen de los cambios ocurridos en las otras esferas de las que son subsidiarias las actividades artesanales (González Román, 1995: 93), por ejemplo, los cambios e innovaciones introducidos en la agricultura provocaron la aparición de excedentes especializados comerciables, que requerían el correspondiente envase, así como de la necesidad del correspondiente aporte de instrumental, sucediendo lo mismo en el caso de la pesca y la minería (González Román, 1995: 92).


En ciertos ámbitos perdura el carácter doméstico de la producción artesanal e incluso de las tradiciones artesanales previas, como es en el caso de la cerámica pintada de tradición indígena durante este periodo -se pone de moda-. Pero, como tónica general, se implanta un nuevo sistema productivo en el que se imponen formas de organización tales como la estandarización de los productos, la fabricación en serie y el desarrollo de talleres de relativa importancia, donde se concentran productores organizados en asociaciones y productos, y en donde se proyectan nuevas técnicas como la del vidrio soplado (González Román, 1995: 93).


Los cambios que se introducen son especialmente constatables en las producciones cerámicas, que poseen una importancia respetable dadas sus relaciones con la comercialización de determinados productos, con el instrumental doméstico o con el sector de la construcción (González Román, 1995: 93). Por este motivo comenzaremos analizando los bienes de consumo cerámicos en la ciudad altoimperial, cogiendo como referente a Augusta Emerita.


¿Qué cerámicas se consumían en una capital de provincia altoimperial durante los siglos I-III? Aquí os dejo una galería


¡Haced click en las imágenes para más información!

* Aunque no aparezca en la galería, también hay constancia de la utilización de la sigillata africana ARSW-A desde finales del siglo I e inicios del II -Hayes 1, 2, 3, 7, 8, 9 y 147-, teniendo su gran auge en la segunda mitad del II -Hayes 6b, 9b, 14b, 34 y Lamb. 24-. Estaban fabricadas en el norte de Túnez y se caracterizaban por una coloración anaranjada y un acabado rugoso (Bustamante Álvarez, 2011: 59).


P.D: En la galeria se ofrecen descripciones muy breves sobre un tema muy amplio, así que os invito a consultar la bibliografía que he utilizado si queréis ampliar sobre algún tema de los aquí tratados.


¡Un saludo!


Bibliografía

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