Instrumentum domesticum III. La cerámica y la iluminación.
¡Buenas tardes!
Esta semana nos alejamos ya de la comida y nos adentramos en el cotidiano e interesante mundo de la iluminación. Como en nuestro caso, los romanos no contaban con el poder de la visión nocturna, por lo que en los momentos de oscuridad, ya fuese por la noche o en algún lugar carente de luz natural, necesitaban luz artificial.
Uno de los avances más significativos en la Historia de la Humanidad ha sido el control del “fuego”, restos de lucernas o lamparas portátiles se conocen desde el Paleolítico -especialmente en cuevas- y se tiene noticia de formas específicas -normalmente en cerámica- destinadas al transporte de la luz desde el mundo creto-micénico en el Egeo y desde época fenicia en Occidente. Esta evolución siguió de forma continuada hasta la actualidad (Bernal Casasola, 2016: 2).
Evolución morfológica de las lucernas en el mundo mediterráneo propuesta por Rickman (Bernal Casasola, 2016: 3)
En el caso del mundo romano altoimperial, que es el que nos ocupa, la necesidad de luz artificial fue suplida con el uso de la cera natural y de las lucernas. Las lucernas fueron un objeto insertado en la cotidianidad del mundo romano, servían para el alumbrado, como lámparas portátiles, y para medir el tiempo, en contextos de actividad minera (Bustamante Álvarez, 2011:72).
¿Que partes tiene una lucerna romana?
Partes de una lucerna romana, edición propia -imagen base de Amante Sánchez, 1984:139-.
Depósito: parte más voluminosa de la pieza destinada a contener el aceite o grasa animal -combustible- (Amante Sánchez, 1984:132).
Pico: parte más sobresaliente de la pieza, en ella se ubica el orificio de la mecha (Ibidem).
Agujero de la mecha: orificio situado en el pico, por donde se introduce la mecha en el depósito (Ibidem).
Orificio de respiración: normalmente localizado entre el pico y el cuerpo de la lucerna, su finalidad es favorecer la combustión del aceite (Ibidem).
Orificio de alimentación: con frecuencia localizado en el centro de la pieza, su finalidad es rellenar el depósito de aceite (Ibidem).
Disco: tapadera de cerámica que sirve para evitar el derramamiento del aceite y el acceso de las alimañas (Ibidem).
Margo: ancha orla que une el depósito al disco (Ibidem).
Asa: apéndice que suele situarse en la parte posterior de la pieza, tiene como fin facilitar el transporte (Ibidem).
Volutas: elemento decorativo, típico de las lucernas del siglo I d.C (Ibidem).
Molduras: elementos decorativos que unen el disco al margo (Ibidem).
Marca de alfarero: habitualmente se situa en la base externa de la lucerna e indica el taller donde fue fabricada (Ibidem).
Evidentemente la presencia de estos elementos era variable, pero su funcionamiento era el mismo. La mecha se introducía por el orificio localizado en el pico -agujero de la mecha-, el depósito se rellenaba con aceite o grasa animal, que empapaba la mecha y funcionaba a modo de combustible. Una vez encendida la mecha, el orificio de respiración dejaba entrar el aire que alimentaba la llama (Arqueoblog, 2016).
Sección de una lucerna (Arqueoblog, 2016).
Ahora nos centraremos en el caso específico de Augusta Emerita, ciudad, que como ya sabéis estoy utilizando como referencia en las entradas.
Desde la mitad del siglo I d.C. se ha constatado una amplia producción de lucernas en Augusta Emerita, paralela -se cree- a un desarrollo autónomo de las técnicas alfareras. La producción lucernaria era una manufactura muy cuidada, a partir de moldes de bivalvos; se distinguen dos grupos de pastas, desde la mitad del siglo I d.C. uno similar al de las paredes finas y desde principios del siglo II d.C. otro más cercano a las producciones comunes (Bustamante Álvarez, 2011:72).
Las áreas consideradas tradicionalmente productoras son la zona Oriental, Pancaliente y el Anfiteatro, siendo las formas más comunes que en ellas se producen las Deneuve VG, VII A y B, IX. Con respecto al programa decorativo, la sobreutilización de los moldes da una buena prueba del gusto por algunos motivos en la capital lusitana. Los motivo más usuales son los mitos, las leyendas, las escenas de la vida cotidiana y los espectáculos lúdicos, destacando las escenas votivas y mitológicas -Júpiter, Venus, Mercurio principalmente, pero sobresaliendo la Victoria alada- (Bustamante Álvarez, 2011:73).
Gracias al estudio de las marcas de alfarero en las lucernas, estas se han podido clasificar en tres periodos enmarcados entre la segunda mitad del I d.C. y mediados del II d.C.: PIL, C.L., ETF o INTIF en un periodo inicial, Gabinia y C.Oppi.Res durante la época de Nerón-Vespasiano y GES en un periodo posterior (Bustamante Álvarez, 2011:72-3).
Vista de sigillum Gabinia sobre lucerna de Augusta Emerita (Bustamante Álvarez, 2012: 116).
Los sellos presentan praenomia, nomina y cognomina, lo que ha llevado a los investigadores a enunciar que, por lo menos, los maestros alfareros de los talleres eran personas libres (Bustamante Álvarez, 2011:73). Con respecto a otros miembros de la cadena productiva, se ha desarrollado la hipótesis que vincula a individuos de corta edad o mujeres basándose en las huellas dactilares de reducido tamaño en el interior de las piezas -falta confirmar mediante un estudio dactilográfico- (Bustamante Álvarez, 2011:72).
Las marcas de alfarero se han determinado locales puesto que no se ha realizado ningún análisis arqueométrico que demuestre lo contrario. La confusión sobre el origen de estas piezas se debe al modus productivo lucernario emeritense: la utilización del “sobre molde”, una técnica consistente en la copia integra de las lucernas foráneas, bien usándolas como modelo o incluso como molde -aplicando barro sobre ellas-, pero con pastas locales. A pesar de esto, no se descarta la existencia de “sucursales” -tendría que confirmarse estudiando las áreas de dispersión de las piezas- (Bustamante Álvarez, 2011:73).
A parte de las producciones locales -información referida en los párrafos anteriores-, llegaron lucernas alógenas procedentes de Italia, la Galia y la Bética, de este último destacan las lucernas de veneras de Andújar del tipo Sotomayor D3 -ampliamente copiadas en los talleres locales-. Así mismo, se dan ejemplos de lucernas plásticas importadas con los discos zoomorfos -como de prótomos de toros- o antropomorfas -cabezas de negroides- (Bustamante Álvarez, 2011:74).
También se dieron exportaciones, las producciones locales de pastas claras tuvieron un amplio radio de difusión, siendo la Bética y Norte de la Lusitania los principales focos receptores. Igualmente hubo contactos extra peninsulares, como demuestra el hallazgo de algunos fragmentos depositados en el Museo Arqueológico de Nápoles (Bustamante Álvarez, 2011:74).
Por último, y como curiosidad, aunque lo normal es encontrar lucernas unilychnes, también se dan los casos de piezas con varios picos, quizás por el deseo de incrementar la iluminación (Bustamante Álvarez, 2011:74).
Galeria con lucernas altoimperiales emeritenses ¡más información al hacer click!
P.D.: Os añado unos video en los que se reconstruye como se hacía una lucerna en el siglo I d.C. en un alfar emeritense. Espero que os guste y sirva para ilustraros.
P.D.: En la red tenéis muchos más, pero he seleccionado este por estar relacionado con la época y ciudad objeto del ciclo de entradas
¡Un saludo!
Bibliografía
Amante Sánchez, Manuel (1984): “Las lucernas de Begastri”. Antigüedad y Cristianismo I: 131-138. http://revistas.um.es/ayc/article/view/49891 (Consulta 22-XI-16)
Arqueoblog (2016): Las lucernas. Luz en la Historia. http://arqueoblog.com/las-lucernas/ (Consulta 23-XI-16)
Bernal Casasola, D. Dario (2016): “Lucernas romanas de volutas” en La pieza del mes. 20 de febrero de 2016. Museo Arqueológico Municipal de Jerez/ Asociación de Amigos del Museo. http://www.jerez.es/fileadmin/Image_Archive/Museo/LUCERNAS_ROMANAS.pdf (Consulta 23-XI-16)
Bustamante Álvarez, Macarena (2011): La cerámica romana en Augusta Emerita en la época Altoimperial. Entre el consumo y la explotación. Asamblea de Extremadura. Mérida.
(2013): "El trabajo artesanal en Augusta Emerita durante los ss. I-IV d.C.". Zephyrus LXXII: 113-138. http://revistas.usal.es/index.php/0514-7336/article/view/zephyrus201372113138 (Consulta 23-XI-16)